8 de febrero de 2012

Dos tipos de cuidado

Con desconfianza fue recibido en Cozumel el anuncio de la llegada de dos cozumeleños más a puestos clave del gobierno del estado, pues se trata de personas que podrían tener serios conflictos de interés en las áreas donde se les ha nombrado: el nuevo director de la Apiqroo será un ex empleado de confianza del consorcio naviero Molina/Aviomar, y el secretario de Medio Ambiente, el hijo de un hotelero conocido por sus agresiones al medio ambiente.

El nombramiento de Ercé Barrón al frente de la Apiqroo, y de Raúl Omar González Castilla en la Secretaría del Medio Ambiente del estado, dejan muchas dudas en su tierra natal, Cozumel.

En el caso de Ercé Barrón, la suspicacia reside en que este hombre fue por varios años, más de diez años según algunas fuentes, jefe de operaciones del Grupo Aviomar, la empresa de servicios turísticos del consorcio yucateco Molina/Aviomar.

Esta empresa tiene una fuerte relación comercial con la Apiqroo que no siempre se ha dado en buenos términos, por ejemplo, es la misma empresa que se negaba de plano a mudarse al nuevo muelle de ferrys porque no le daba la gana usar las nuevas instalaciones y sólo se mudaron porque así se los pidió de manera firme el propio gobierno del estado.

Es la misma empresa que impone precios exorbitantes por los cruces hacia y desde Playa del Carmen, precios que afectan por igual al turismo y a los isleños y de los que la empresa culpa directamente a la Apiqroo porque dice que le cobra mucho por el uso del muelle fiscal, el cual usan tanto de embarcadero como de astillero. Es la misma empresa que se opone a la creación de una segunda banda de atraque en Calica, porque teme que eso podría permitir la entrada de otra empresa de ferrys, mercado que hoy dominan en exclusiva.

Es conocido en la isla el “mutuo aprecio” que se tienen Ercé Barrón y Octavio Molina Cazares, uno de los principales miembros del clan Molina.

En cuanto a Raúl Omar González Castilla nombrado titular de la secretaría del Medio Ambiente del estado, se trata de un joven profesionista cuya carrera de administrador de empresas no tiene nada qué ver con el entorno ecológico, y es hijo del hotelero y “desarrollador” Raúl González Angulo, quien a lo largo de su historia empresarial, junto con sus hermanos Mauro y Juan González, han sido sancionados varias veces por las autoridades federales por cometer abusos contra el medio ambiente.

Su llegada a la secretaría se percibe como un movimiento concebido para allanar el camino a dos proyectos que esta administración tiene para el aún virgen y muy codiciado, aunque ambientalmente frágil, lado oriente de la isla, donde quieren poner una central de generación eléctrica por vientos, y establecer el proyecto Punta Arrecifes, un resort exclusivo de miles de habitaciones y campos de golf, que en algún momento tuvo entre sus impulsores públicos al magnate estadounidense Donald Trump, quien ahora actúa tras bambalinas.

Al conocerse su designación, el grupo ecologista Citymar de Cozumel emitió el siguiente comunicado: “Manifestamos nuestra inconformidad por el nombramiento del nuevo secretario de Medio Ambiente y Ecología en el Estado de Quintana Roo. Es sumamente grave que pongan a esta persona, pues para empezar el Sr. Raúl Omar González Castilla es licenciado en Administración de Empresas, no tiene experiencia, ya que nunca ha trabajado en esa área tan importante como es la Ecología y como quintanarroenses y ambientalistas nos preguntamos, por qué poner a una persona que no conoce ni nunca le ha importado el medio ambiente, si es muy probable que haya otras especialidades donde haga falta, pero para el medio ambiente necesitamos personas con experiencia y capacidad en el ramo.

El mal que estos políticos le están haciendo a nuestro México es precisamente porque sólo están nombrando a sus amigos o parientes, o tienen compromisos personales que quieren cumplir y por eso no funcionan.

Sus antecedentes familiares, son que nunca cumplen con la Ley Ambiental, y siempre han violado las leyes para llevar a cabo sus proyectos.

La razón de nombrarlo es por lo del proyecto eólico que destruirá más de 300 hectáreas de manglares y selva, con toda y la fauna silvestre que ahí habita, y que a los desarrolladores nunca les preocupa, porque no se trata de sus casas, o es por el desarrollo destructivo que piensan llevar a cabo en el área de Punta Molas.

A esta persona no le damos ni el beneficio de la duda, sólo pedimos a Dios que no nos abandone porque con esta clase de autoridades, ¡pobre Estado de Quintana Roo! Y sobre todo esta bella isla de Cozumel, ahora sí están en peligro de desaparecer todas sus bellezas naturales que aún le quedan, por intereses políticos, personales, y económicos”, concluye.

Fuente: Por Esto!

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